EL DEBATE SE CELEBRÓ EN BARCELONA, CON LA PRESENCIA DE FIGURAS DE LA ARQUITECTURA SOSTENIBLE DE TALLA INTERNACIONAL.

Presentación

Celia Galera, Directora General del Grupo Habitat Futura, hizo hincapié en que en muchas ocasiones la sostenibilidad en los inmuebles la encontramos aplicando el sentido común tanto a las decisiones durante la fase de proyecto de un edificio o de su rehabilitación, como en la gestión diaria durante su fase de uso.  

Lluís Comerón, Degano del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, recordó que los congresos de Arquitectura no se han celebrado regularmente, sino solamente cuando una situación excepcional los ha hecho necesarios, como pasó en el 96 y como pasa en la actualidad. El cambio actual dijo no ser un cambio en el sector de la arquitectura, sino que afecta a la economía y la política y que surge de un cambio de criterios y valores. El propio congreso refleja esta ebullición en su forma, ya que 73 entidades respondieron al “call for activities”, concretándose más de 120 actos con más de 3500 participantes. En él se ha redefinido la palabra congreso, por su forma, pero también las palabras visión y futuro. Visión como algo concreto y colectivo, hecho desde las visiones particulares de todos los participantes, que mantienen su personalidad y posicionamientos. Futuro no como algo desconocido e impredecible, sino como fruto del presente, que ya es una realidad conocida, y en dónde debemos identificar lo bueno para hacerlo crecer. 

ASIAN LINE OF THINKING

Ken Yeang, Doctor Arquitecto y fundador de T. r. Hamzah & Yeang Sdn Bhd, empezó afirmando que la Ecoarquitectura empieza con la Ecología, y que ya no basta con pensar en acciones preventivas, sino que ya necesitamos aplicar acciones de rescate urgente. Recordó los estudios tipológicos con los que irrumpió en la escena internacional de la arquitectura sostenible, y apostó por la integración de ecosistemas en la arquitectura como un paso más allá de la yuxtaposición de vegetación en los edificios e incluso de su mezcla en ellos. Hizo ver al auditorio que tampoco debemos conformarnos con hacer edificios sostenibles, sino que esta línea de pensamiento debe alcanzar a las infraestructuras y a la planificación urbanística y territorial, sin las cuales los edificios individuales, por buenos que sean, no solucionan el problema en su globalidad. Dijo también que hay que trabajar para integrar en las simulaciones los ciclos naturales de agua y materiales e incluso conceptos como la homeostasis y la simbiosis. Habló del cambio imprescindible en el comportamiento humano, y de la relevancia fundamental de la escala, el tiempo y la velocidad en esta transformación.

Pich-Aguilera, Doctor Arquitecto y Director en PichArchitects, partió en su primera intervención de recordar la ambición de la sociedad industrial de vivir en la naturaleza, sin alterarla. Reconoció que cierta densidad urbana es un bien “per se”, pero destacó la complejidad de actuar en las ciudades existentes. Puso el ejemplo del anillo viario de las Glorias, hoy derribado, como desaprovechamiento de las infraestructuras urbanas, que permiten otra actitud para reutilizarlas y repensar la ciudad partiendo de ellas. “La arquitectura debe huir del planteamiento maniqueo en la que ella se preocupa de crear formas elegantes que generan problemas de consumo que se resuelven con maquinaria que nada tiene que ver con la arquitectura.” El modelo del termitero, dijo, nos lleva a un planteamiento que no va de formas, sino de equilibrio de las fuerzas que entran en juego. Sobre la realidad en China, en dónde están desarrollando varios proyectos, dijo que se trata de una sociedad que no ha pasado la revolución industrial ni económica, y que representa una nueva oportunidad.

Manel Parés, Arquitecto en Manciñeiras-Parés Arquitectos Asociados, compartió sus reflexiones acerca de la arquitectura, de cómo entenderla no como se planteaba en las cúpulas de Buckmister Füller, aislándonos del medio, sino adaptándose a él, y aprovechando lo bueno que tenga. Se mostró partidario de no adjetivar la arquitectura, ya que su misión es solucionar todas las circunstancias a las que se expone. Recordó que el ser humano no es un simple “figurante” en el ambiente natural sino que tiene el poder de modificarlo para adaptarlo a sus necesidades, modificando el paisaje. Dijo que ahora resulta fundamental volcarse en el poder de la imaginación, y no en los recursos de la tierra, para poder sobrevivir. Comentó el ejemplo de la tienda de campaña, ligera y transportable, para enfocar el pensamiento en la esencia de los retos a resolver. 

El debate se inició con reflexiones acerca de cómo se enseña hoy en día la Arquitectura, y de si se hace con el imput ambiental necesario. Manuel Parés subrayó que debe ser un trabajo conjunto de diálogo, y aplicando el sentido común. Según Ken Yeang el conocimiento en arquitectura evoluciona por generaciones, y será la próxima la que haya tenido el background y las herramientass necesarias desde la escuela. Citó el DFD (Design For Dissassembly) como factor decisivo que incidirá en todo el proceso de diseño. Pich-Aguilera se mostró partidario de no esperar a un cambio de plan de estudios para ir metiendo cuñas de sostenibilidad en todas las áreas académicas actuales para que cale la nueva visión. Xevi Prat, Director de la revista Habitat Futura, lanzó la pregunta de si la arquitectura sostenible debía expresar esta esencia, y si su evolución llevaría a un lenguaje formal propio que la identificase. Ken Yeang dijo que una estética “verde” sí es necesaria, y que no podemos seguir con edificios como los de hace 20 años que consigan buenos resultados simplemente añadiéndoles tecnología y manteniendo su aspecto. Manuel Parés se inclinó más por subrayar la importancia de emocionar de los edificios en base a su esquema de funcionamiento, más que por su aspecto exterior. Según Pich-Aguilera la situación actual, de fractura, necesariamente desembocará en una nueva estética, aunque hoy no tenemos suficiente perspectiva como para percibirlo. Ken Yeang celebró que hoy cualquier arquitecto se autodefina como “verde”, ya que esto impulsará a que la siguiente generación para que sea mejor. También reclamó como atributos necesarios de los edificios la belleza y el poder de hacer felices a sus usuarios. José Antonio Granero, desde la fila cero, reclamó que la arquitectura debía conservar la capacidad de generar identificación en el usuario. Pich-Aguilera afirmó que muchas de las obras españolas de los últimos 30 años no pueden considerarse buena arquitectura y hay que incorporar el nuevo paradigma para volver a ella.

SPANISH LINE OF THINKING

José Antonio Granero, Architect Partner en CGR Architects, introdujo la mesa resaltando que en el contexto de la arquitectura española no estamos en una época de cambio, sino que asistimos a un verdadero cambio de época en casi todo, exepto en el marco regulatorio en el que trabajamos y en la enseñanza universitaria, fundamentalmente igual a la de hace 30 años. Reclamó que los proyectos tengan un componente ético y de responsabilidad, y capacidad de adaptación, más allá de resultados positivos a corto plazo. Propuso debatir sobre tres preguntas: ¿Cuál es la situación de la arquitectura actual en el estado? ¿Qué señales de identidad son las de nuestra arquitectura? y ¿ Qué retos y oportunidades ofrece? 

Josep Bunyesc, arquitecto en Bunyesc Arquitectes, apoyó su primera intervención con ejemplos de proyectos desarrollados por su equipo, empezando por su propia casa y oficina (recientemente desconectada de la red), pasando por otras viviendas en entornos rurales, y terminado por Can Porbatella, un equipamiento público en Bacelona fruto de una rehabilitación y con un balance energético neto positivo. En todas ellas demuestra que se puede trabajar con criterios pasivos reduciendo la demanda al mínimo y captando toda o casi toda la energía necesaria para su uso en forma de renovables, in situ. Reflexionó sobre cómo el nuevo modelo energético de captación distribuida y almacenaje individual pueden cambiar la forma urbana, como hizo el ascensor en su momento, esta vez hacia un modelo más disperso, implicando también a los sistemas de movilidad. Afirmó que las posibilidades técnicas actuales todavía están muy desaprovechadas.

Claudi Aguiló, arquitecto en dataAE arquitectos y profesor de la ETSAV-UPC, reivindicó el objetivo final de la arquitectura, que es la felicidad de sus usuarios. Para ello puso énfasis en tres puntos. El primero, trabajar con las preexistencias, ya sean de un edificio a rehabilitar o bien sean de un espacio urbano exterior en el que actuar. El segundo, la utilización de la naturaleza como material de proyecto, tanto en exteriores como protección solar como en interiores, para contribuir al ambiente final. El tercero, el uso intenso de medidas de acondicionamiento pasivo en los edificios, poniendo como ejemplo el edificio del ICTA-ICP (publicado en Habitat Futura núm. 53) en el que el 53% de la superficie útil no está climatizada, y manteniendo el coste/m2 convencional.

Roger Tudó, arquitecto en Harquitectes y también profesor en la ETSAV-UPC, reconoció que en casi todas sus obras, en mayor o menor medida se incumple alguna normativa existente para poder alcanzar el objetivo que buscan. En ese sentido dijo que el marco legal resulta deficitario, y que las opciones existentes en el mercado también son limitantes. “Hay que superar las recetas para avanzar en sostenibilidad”. Argumentó que, por lo tanto, es necesario asumir ciertos riesgos profesionales y asumir responsabilidades añadidas que no se ven compensadas. 

Durante el debate, Josep Bunyesc reclamó que la formación actual de arquitectura no se adapta a las demandas existentes, y que está perdiendo valor práctico, por ejemplo, para rehabilitar los 2 millones de viviendas que lo necesitan. Claudi Aguiló se mostró optimista respecto de la evolución de la profesión de arquitecto, ya que en países como Alemania, que ya han superado su crisis, han aparecido nuevos formatos muy interesantes. Roger Tudó dijo que es tiempo de incorporar complejidad a la arquitectura, añadiendo vectores hasta ahora no considerados. Apostó por encontrar el equilibrio entre lo más racional que nos acera a la realidad con la abstracción, que tiene que ver con lo emocional. José Antonio Granero abrió el abanico de posibles encajes de la figura del arquitecto en la nueva escena, social y técnicamente mucho más compleja de lo que fue, sin tener que ceñirse necesariamente al proyecto y construcción de edificios del despacho tradicional. Claudi Aguiló incorporó al debate la desviación de los presupuestos públicos desde la construcción nueva a la rehabilitación y a nuevos sistemas de movilidad. Roger Tudó hizo hincapié en la necesidad de calibrar bien la escala de las intervenciones para poder llegar a mejores resultados mediante la cooperación entre distintos edificios y usuarios. En este sentido consideró fundamental encontrar nuevos mecanismos para poder orquestar correctamente las complejidades que aparecen al superar la unidad edificio, descartando el Plan General. Claudi Aguiló reconoció que en todas las iniciativas que abren horizontes (La Casa por el Tejado, el caso de Santa Coloma), siempre hay un figurante que se deja la piel luchando contra Goliat, incluso en los casos con liderazgo público. 

José Antonio Granero pidió a la administración que, para poder abordar renovaciones masivas de vivienda, hace falta dar incentivos como p.ej. sería un plus de edificabilidad en ciertos entornos y sobre todo ofrecer garantías a los ciudadanos en actuaciones de este tipo. Respondiendo a una pregunta del público destacó el papel fundamental de comunicación a la sociedad a través de medios como Habitat Futura, y de la importancia de esgrimir el confort como beneficio, más allá de la responsabilidad social. Josep Bunyesc se mostró partidario de comunicar y convencer a través del trabajo bien hecho, de intervenciones buenas y que funcionen. Desde el público se preguntó sobre el “hazmerreír de Europa”, la política energética de España, a lo que Roger Tudó alertó que más allá de la batalla por la eficiencia y el ahorro energético no podemos olvidar la calidad de las viviendas en el sentido más amplio. No estar atento a ello puede llevarnos a que, una vez resuelto el tema energético, quede muchísima gente viviendo en pisos nefastos y, al no haber intereses económicos detrás, la situación quede bloqueada en este punto.

Josep Bunyesc destacó la importancia del usuario y de la buena gestión que se espera que haga del edificio, cosa que no es evidente y que hay que explicar. Al aprender a usar la vivienda el usuario se relaciona no solo con la casa, sino con el entorno y la climatología, y toma consciencia de la naturaleza de la que formamos parte, a lo que Claudi Aguiló añadió que si el usuario no va a ser activo, se puede compensar con domótica para suplir esta falta de interactuación. Marta Enríquez, desde el público, comentó sobre la urgencia que hay para actuar firmemente si queremos cumplir los compromisos ambientales internacionales, y más si cabe con los últimos cambios en EEUU. Finalmente José Antonio Granero cerró la mesa afirmando que los cambios que necesitamos van a surgir de las ciudades a través de la cooperación, desde el conocimiento y la voluntad, de abajo a arriba.

EUROPEAN LINE OF THINKING

Juan Lucas Young, Architect & Partner en Sauerbruch Hutton introdujo la tercera mesa con una breve charla en la que contó su trayectoria profesional y vital ligada con la arquitectura sostenible desde su trabajo en la Torre GSW, en un momento (1999) en el que el interés por los temas ambientales apenas empezaba. Recordó que Europa es la cuna de la sostenibilidad, y que la concienciación de los profesionales aquí es clara. También recordó el parecido de organización territorial y urbana entre Europa y Asia en cuanto a densidad. Estableció paralelismos entre la industria automovilística y la construcción, en donde la serialización tiene escalas distintas, y en donde las políticas en Asia hacen más factible una aplicación masiva de las innovaciones en su entorno. Comentó como nuevos actores económicos como Tesla o Google están irrumpiendo en el sector de la mano de nuevas tecnologías, y que van a afectar a la renovación de las ciudades. Alertó del Ecourbanismo basado en el marketing, que solo propone soluciones 100% técnicas, no pensadas “a la europea”. 

Frederic Chartier, de Chartier-Dalix Architectes, como introducción al debate mostró su escuela BLG18 construida en París (publicado en Habitat Futura núm 57), en el que se pone en práctica la superimposición, en este caso de tres programas en uno: Una escuela, un centro deportivo y una zona verde. La cubierta vegetada desciende en rampa por todas las alturas y sirve de zona de juego para los niños. La fachada permite la colonización por especies autóctonas de modo espontáneo, sin riego artificial. La forma de los elementos permite la canalización del agua de lluvia e incluso la nidificación de distintos pájaros. Se trata de una vegetación discreta, no especialmente frondosa. Mostró otros ejemplos de proyectos de su despacho, que siempre proponen esta mezcla de naturaleza y arquitectura. 

Georg W. Reinberg, arquitecto en Architekturbüro Reinberg ZT GmbH, explicó la evolución de sus proyectos, que iniciaron en los años 70, cuando empezaron a hacer casas solares pasivas, y que en los 90 incorporaron progresivamente tecnologías activas, como captación solar térmica con almacenamiento, y últimamente materiales más ecológicos, como la arcilla y paja. Celebró que en el S.XXI se hayan desarrollado muchos sistemas como el PassivHaus. Valoró las políticas de restricción de emisiones del centro y el norte de Europa como algo positivo. Respecto al futuro dijo que el reto es construir estructuras urbanas autosuficientes, basadas en district heating y en electricidad y también poder hacer transferencias estacionales de energía vernano-invierno, quizás usando gas como almacenaje, todo con tecnologías cada vez más complejas. 

Carme Fiol, arquitecta en Arriola & Fiol Arquitectes inició su intervención afirmando que su objetivo es que el edificio, la parcela, la calle, el barrio, la ciudad y el territorio estén en armonía, y que la sostenibilidad no es un concepto nuevo, sino que nació con la propia arquitectura. Destacó que aplicar sus principios, ya presentes en la arquitectura tradicional, no debe representar copiarla sino adaptarlos a las exigencias actuales. Topografía, condiciones preexistentes y clima guían sus proyectos. Destacó como los principales puntales de sus proyectos una buena orientación y una definición cuidadosa de la piel del edificio. De los sistemas activos dijo que son útiles para garantizar las demandas del proyecto más allá de lo que pueden ofrecer los sistemas pasivos, que son los fundamentales. No olvidó hablar de la gestión de agua, tanto por ahorro, como por reciclaje y recirculación. Reclamó dispersar las compacidades tan altas de edificios y ciudades de principios del S.XX, ya que la tecnología actual lo permite. 

Juan Lucas Young inició el debate explicando su asombro del poco respeto que hay al trabajo del arquitecto en países como Suecia, en dónde los grandes clientes cambian a su antojo el proyecto inicial. Estos son los peligros a los que nos exponemos. El tema ambiental es poliédrico, y el usuario debe tenerse en cuenta. Georg W. Reinberg opinó que algunos arquitectos al preferir trabajar solamente con la imagen superficial del edificio, pierden el control del proyecto, a lo que Frederic Chartier añadió que tener el conocimiento y la coordinación de los distintos aspectos técnicos permite mantener este control sobre el edificio acabado. Dijo además que el conocimiento de materiales, como el hormigón evolucionado o el vidrio, permiten aplicar tecnología al servicio de la sostenibilidad, más allá de los sistemas pasivos, que son más cercanos al sentido común. Carme Fiol reflexionó sobre la evolución deseable de la arquitectura sostenible, poniendo como ejemplo al modo de hacer y la actitud en Alemania, de las más avanzadas del mundo en este aspecto. Frederic Chartier reivindicó que la sostenibilidad debe empezar por los aspectos sociales, ya que los técnicos por sí solos no resolverán ningún problema. Juan Lucas Young alertó de la extrema complejidad y escala de los problemas a los que nos enfrentamos. Georg W. Reinberg animó a usar las nuevas tecnologías bien usadas, p.ej. el corte de componentes de madera en medidas exactas desde taller. Discrepó con la tan repetida comparación arquitectura-automoción en el sentido de que los avances en arquitectura son muy importantes, llegando a las casas pasivas o de balance cero. También criticó el modo de calcular el valor y el retorno de los edificios y de las energías, ya que la contabilidad actual no incluye reparar el daño ambiental que se provoca con algunas de ellas. Defendió que si se tuviese en cuenta todo el ciclo completo los edificios sostenibles actuales tendrían mucha ventaja competitiva respecto a los convencionales-tradicionales. Desde el público preguntaron sobre la incidencia del BIM en el trabajo de los ponentes a lo que Juan Lucas Young respondió que la enorme cantidad de energía que se requiere para definir detalladamente el modelo distrae de la reflexión verdaderamente arquitectónica. En cambio Frederic Chartier defendió la metodología BIM por el ahorro de tiempo que representa el trabajar con el modelo 3D directamente. Es una herramienta que nos puede ayudar a crear edificios maravillosos. Juan Lucas Young lamentó que el tradicional feedback entre industriales y arquitectos que permitía afinar la definición de los elementos progresivamente en parte se pierde, ya que el modelo es difícil de gestionar y demasiado detallado para el trabajo del arquitecto. Frederic Chartier insistió en que trabajar con BIM permite testear ciertos aspectos que antes pasaban necesariamente por otros profesionales. J.Antonio Granero, desde la fila cero, denunció que en España todavía casi nadie trabaja con BIM. Normalmente, ni los constructores, ni la administración, y pese a esta realidad la propia administración pide entregar concursos de ideas con BIM, cosa que consideró totalmente absurda, porque no es para expresar ideas para lo que está pensado el BIM.

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